lunes, 24 de noviembre de 2014

¿Cuál considero que es la mejor escuela filosófica?,

Por: Gonzalo Mujica

Ante la pregunta: ¿Cuál considero que es la mejor escuela filosófica?, elegí al utilitarismo, esta teoría fue desarrollada por John Stuart Mill.

El utilitarismo tiene como principio provocar la mayor felicidad al mayor número de personas. Entendiendo felicidad como placer y ausencia de dolor, debe ser la mayoría la que elija lo que tanto ellos como la minoría deberían hacer, ya que si nos dejamos llevar por la minoría, solo un grupo pequeño de personas alcanzaría la felicidad y la mayoría seria infeliz. Las minorías se deben adecuar al pensamiento de la mayoría.

Sin embargo, existen derechos individuales que no se deben uniformizar para satisfacer a las masas. Se argumentaría que no se puede medir la felicidad, que es subjetiva de la persona y que no existe un criterio valido y científico para esto. La felicidad de la mayoría pone en riesgo a la minoría de distintas maneras, ya sea asesinando a todos los miembros del grupo minoritario, acabando con su cultura o imponiéndoles una cultura foránea. Esto generaría resentimientos que podrían desembocar en conflictos armados o acciones terroristas. Encontramos en la Alemania Nazi, en Ruanda y en Chile ejemplos para justificar que lo que manda la mayoría, en busca de su felicidad, atenta contra las minorías.

En el caso de la Alemania Nazi, la mayoría culpó a los judíos por las desgracias que Alemania sufrió en la Gran Guerra. En este contexto, y alentados por el Partido Nacionalsocialista, el pueblo empezó a creer que la mejor manera de controlarlos era enviándolos a campos de concentración. En este caso los alemanes (minoría) creía que si los judíos (minoría) eran llevados a lugares aislados su país se recompondría y dejaría los problemas que tenían. Lo que la gran mayoría no sabía que en estos campos se desarrollaba un genocidio que tenía como objetivo acabar con los judíos.

En Ruanda tenemos el caso de los Hutu y los Tutsi. Los Hutu representan el 90% de la población ruandesa y los Tutsi el 10% restante, pero lo curioso es que ambos grupos étnicos no tienen ninguna diferencia cultural o lingüística. Lo que ocurrió fue que los belgas, al colonizar Ruanda, los diferenciaron al menospreciar a los Hutus y desterrarlos al campo mientras que exaltaron a los Tutsi como gobernantes, influyo mucho que también los convirtieran al catolicismo. Los Hutu se veían afectados por esto, así que inician una guerra contra los Tutsi, en busca de reconocimiento. Esta guerra termino en un sangriento genocidio que acabo con la vida de un importante porcentaje de la población de ese país.

En Chile, tenemos el caso mapuche. El gobierno de Chile se dio cuenta que los mapuches controlaban la mayor parte del país, especialmente el sur. Al realizar esta situación, decidieron que lo mejor para su país era iniciar un plan de reconquista de estos territorios, sometiendo a los mapuches con el pretexto de que las tierras en las que habitaban no eran de su propiedad sino del Estado. Ante este atropello los mapuches iniciaron una serie de ataques, que fueron intentos de sabotaje en sus inicios hasta convertirse en atentados terrorista en nuestra época. Estos tres casos tienen vemos algo en común, como la minoría, para provocar felicidad en ellos, asesina e intimida a la mayoría. Provocar felicidad en la minoría resulta en violencia para la mayoría.

Pero si es que siguiera el argumento anterior, se iría en contra de la naturaleza. El más débil (minoría) gobernaría sobre el más fuerte (mayoría) y con esto no solo me refiero a debilidad y fortaleza en el sentido físico, sino también mental. No hay nada más antinatural que esto, según Protágoras lo natural es que el más fuerte se imponga sobre el más débil, un gobierno de los débiles sería injusto contra los fuertes. Además, añade que por naturaleza el débil es el peor para tomar decisiones y que este mismo es el que da las leyes.

Para interpretar esto, hay que partir del pensamiento de los débiles, que en este caso serían las minorías. Analizando lo dicho por Protágoras, se llega a la conclusión que los débiles no tienen la capacidad mental para hacer grandes razonamientos y por lo tanto son ellos, quienes gobiernan el Estado y dan leyes, la causa de los problemas de los gobiernos. Si se siguiera lo que los fuertes piensan, sería justo pensar que tendríamos un Estado fuerte y un buen ordenamiento jurídico. Gorgias también era partidario de esta posición ya que afirmaba que la ley natural no es que el débil cohíba al fuerte, sino que este rija y conduzca a aquel, que el fuerte vaya a la cabeza y que el débil le siga.

En conclusión, los débiles no deberían interferir en lo que los fuertes decidan ya que no están preparados psicológicamente para afrontar situaciones en las que se tengan que tomar decisiones importantes. Si bien es cierto que las minorías también deben ser escuchadas, estas tienen poca posibilidad de abstracción ya que su debilidad no los deja tener pensamientos complejos. Son los fuertes quienes deberían decidir por ellos ya que su capacidad de abstracción de la realidad es mucho mayor.

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